viernes, 28 de diciembre de 2012

Nuestra querida Valencia del Rey...


Valencia. Nuestra querida Valencia del Rey, està situada al centro-norte de Venezuela, a orillas de la Cordillera de la Costa. Capital del Estado Carabobo y capital Industrial.
Mi ciudad por muchos años, en ella tuve la suerte de vivir en mis cuarenta y un años de estadìa en Venezuela. Casi nada… verdad? Y en el CREDO A VALENCIA del Dr. Efrain Inaudy Bolivar encuentro muchos de mis sentimienos. Si tuviera la maestria de la palabra del poeta algo asì escribria…

CREDO A VALENCIA

“Creo en Valencia creadora del remanso donde me arrió velas el destino y ancló segura mi fatigada errancia; creo en Valencia porque dulce y donosa aventó a mi cuerpo sudor y polvo de los caminos; creo en ti, Valencia, porque abriste tu puerta y me dijiste: pasa: creo en ti porque ungiste mi cabeza con el agua sonorosa de tu río en los tiempos cuando los luceros bajaban a ponerle atavíos de oro a tus crinejas y porque tus senos amamantaron mi sed de dulzura y mis ansias de poesía; creo en tu antiguo traje largo de azahares con faralá de juncos y albahacas que guardo celosamente en el desván de los recuerdos; creo en el cucurucho del Morro, portero jubilado de la ciudad, que entre aspavientos y tráfago insoportables fuma pipa y hace volutas de smog mientras añora los piropos que le obsequiara Alejandro von Humboldt, el alemán; creo en los perfiles lineales de tus alcores donde cada mañana el sol aprende a dar pininos y donde la noche comulga en santa paz tomando en su boca estrallada la luna redonda de San Blas; creo en el Puente Morillo mirándose las arrugas en un ruinoso espejo; creo en los caballitos indómitos, en las banderas desplegadas y en las lanzas de Páez que pintara Pedro Castillo para hacer posible el rostro de “Las Queseras del Medio” y “Mantecal”; creo en Arturo Michelena que me enseñó a querer el arco iris; creo en Manuel Alcázar en la mariposa amaestrada de alas abiertas que dormía en su cuello y en su bastón que recitaba de memoria las poéticas calles de la ciudad; creo en los Panchitos Mandefuá que ponen lágrimas en mis ojos por Navidad; creo en el alma de los tranvías de La Pastora y El Palotal con sus usuarios de levita y rosa roja en el ojal; creo en el album maravilloso que me lleva de postal en postal por los rostros señoriales de la Casa de la Estrella, la casa de los Celis y la de Páez; creo en los campanarios silenciosos donde celebran bodas austeras las golondrinas y ritos estupendos las mariposas de la ciudad; creo en las toninas del acuario que le guiñan a los niños y que por unas pocas cotufas hasta les bailan un vals; creo en los pájaros que en aleros olvidados solfean a Vivaldi y a Juan Sebastián Bach; creo en ti, Valencia, y en tus mujeres, interminable floración de belleza y de ternura; creo en la pesada cruz que cargan tus barrios donde el pueblo siembre sueños bajo cielos de hojalata; creo en la carita triste de tu Patrona, que ruega por nosotros y cuelga en nuestras almas sus lágrimas de silencio que no dejan de caer; creo en tu Monolito apuntado hacia el Infinito; creo en ti, Valencia, por lo que fuiste, por lo que eres, por lo que serás; creo en mi amor hacia tí; creo en tu amor hacia mi; creo en el andar seguro de tu indetenible viaje; creo en los girasoles que vierto a tu paso; creo en el Dios que te extiende la mano; Valencia del Rey, creo en ti.”
 

*Texto extraido del blog "ElMuroTelaMenta"


Algunas tomas de Valencia

Stratos

2 comentarios:

  1. A veses me pregunto que es eso que nos lleva de regreso a la patria natál?

    Gabriel

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  2. @ pylaros,

    Son muchas cosas, amigo, que nos hacen no poder olvidar esas cálidas tierras que nos abrigaron tanto tiempo allí.

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